La Terapia de Aceptación y Compromiso, en su acrónimo en inglés ACT. es una terapia moderna que se incluye en el paradigma cognitivo-conductual. Es una forma de psicoterapia, por tanto, experiencial conductual y cognitiva. Se basa en la teoría del marco relacional del lenguaje y la condición humana. Algunos la consideran una terapia novedosa, pero lleva ya funcionando más de veinte años, demostrando su efectividad en un amplio rango de trastornos.
Su elemento central es el trastorno de evitación experiencial y se distingue del resto de terapias por su empeño en trabajar los valores personales en lugar de centrarse en reducir síntomas, para conseguir una vida plena y llena de sentido.
Ya he hablado del mito de la felicidad y las trampas que el concepto de la felicidad nos tiende. En un futuro quizá sea adecuado hablar sobre la distinción entre una vida plena y la felicidad.
Principios fundamentales de ACT
La terapia de aceptación y compromiso se basa en seis principios básicos que ayudan, conjuntamente, a alcanzar dos objetivos:
- Enfrentarse con eficacia a sentimientos y pensamientos dolorosos.
- Construir una vida plena llana de sentido.
Principio 1: la de-fusión
Consiste en aprender a relacionarnos de una manera distinta con nuestros pensamientos y sentimiento, dejando de fusionarnos con ellos como un todo. Con el paso del tiempo, al acostumbrarnos a de-fusionarnos de nuestros pensamientos, estos dejan de tener tanto poder para asustarnos y bloquearnos. Influyendo, por tanto, mucho menos en nuestro comportamiento.
Principio 2: la aceptación
La aceptación se refiere a dar cabida en nuestra experiencia a pensamientos y sentimientos desagradables que antes te negabas a tener. Aprender a trabajar con ellos y dejarlos espacio también. Con el tiempo, te das cuenta que teniendo sitio molestan menos.
Principio 3: la conexión
Consiste en aprender a vivir conectados con nuestro presente, a centrarnos en lo que queremos y no en perdernos dándole vueltas al pasado, que no podemos cambiar o a preocuparnos por el futuro.
Principio 4: el Yo observante
En la cultura occidental el aspecto del Yo-observador se ha ignorado casi por completo. Es un aspecto que ayuda mucho para poder observarnos a nosotros mismos y nuestra relación con nuestros pensamientos y sentimientos.
Principio 5: los valores
Identificar nuestros valores y estar conectado con ellos es la mejor forma de construir una vida llena de sentido.
Principio 6: la acción comprometida
Una vida mejor, una mejor relación con nuestros pensamientos y sentimientos, una conexión mejor con nuestros valores no se construyen solos, tienes que hacerlo tú, tienes que actuar en el compromiso de conseguir tus objetivos. No sin ninguna razón, se utiliza el acrónimo en inglés ACT (acción).