Cuando comencé este blog la idea era escribir todos los días. Acostumbrarme a ordenar ideas y contar algo de forma clara. Todos los días. Esto es complicado de cumplir todos los días.
Llevo menos de una semana con esta tarea y el hacerlo de una manera fluida se me hace muy complicado, espero que con el tiempo la cosa sea más fácil. El caso es que he notado ya cierta presión o aprensión, primero por publicar, segundo por los temas y tercero por publicar.
Publicar todos los días
Esto es lo más complicado. No siempre se me ocurren temas que merezcan la pena ser publicados, pero siento la presión de publicar. Hoy estaba por hacer trampa. Iba a publicar un cuento que escribí hace tiempo y con el que me encuentro satisfecho del resultado. Publicar por publicar, por cumplir la promesa que me hice a mí mismo de escribir todos los días. Pero no quiero confundir escribir con publicar. Bueno, el cuento lo voy a publicar ya que lo he mencionado, pero dentro de un rato quizá.
Los temas
Tengo preparados algunos temas sobre los que hablar. Quiero que sea un blog variado sobre cosas que me interesan. Sin embargo, estos días me doy cuenta que me refugio en temas profesionales. Soy psicólogo y hablo sobre psicología a un nivel muy básico porque eso me resulta cómodo. Además no tengo que implicarme en problemas de cómo expresarme, sale automáticamente la manera impersonal del estilo académico. Pero eso no es lo que buscaba cuando inicié esta aventura. No podré evitar hablar de psicología, llevo muchos años dedicado a ello. Tampoco podré evitar hablar del esperanto, una de mis pasiones, o sobre la ficción interactiva, otra de ellas.
No quiero encorsetarme en esos temas, porque con ellos me fluye el estilo académico impersonal y no es eso lo que busco.
El público
No me da igual, el público debería darme igual, pero no lo consigo. Mi idea era hacer algo personal, sobre temas personales y que, como he dicho antes, me obligue a adoptar un estilo no académico, redactado en primera persona. No debería importarme cuántos lectores tenga, ni si a alguien le interesan mis cosas. Sin embargo, en tan pocos días ya he sentido más que una cierta curiosidad sobre cuántos lectores tiene la página. Incluso he instalado un contador que me «chiva» cuántas veces se hace click en el enlace de una entrada. Por aquello de respetar la privacidad de los demás, no rastrea IPs ajenas y me temo que así no puedo distinguir cuántas de esas entradas son bots y cuantas personas son las que lo leen. No me creo que en seis días tenga cuarenta lectores de media.