Llevo unos días repasando lo que sé de programación. Por motivos laborales. Es para una oferta de trabajo y mañana tengo un examen de mínimos sobre Java. Por eso llevo varios días dedicado a repasar y estudiar lo poco que aprendí en su día de forma totalmente autodidacta sobre éste.
Bien. Estos días me he encontrado de nuevo con un lenguaje que no termina de gustarme y recordé una frase de Alan Kay –o por lo menos atribuida a él– que dice: «Java es lo más penoso que le ha pasado a la informática desde MS-DOS». Claro que también le atribuyen otras frases como: «Yo inventé el término "orientado a objetos" y te puedo asegurar que C++ no era en lo que estaba pensando» o «la mejor forma de conocer el futuro es inventarlo».
Como algunos sabréis, este biólogo estaba en el meollo de la innovación y la informática moderna hace unos años (bastantes). Entre otras inventó la «metáfora del escritorio», el uso de una GUI con un ratón y el contribuyó al avance en la programación orientada a objetos. Algo que en aquel entonces, no nos supieron vender desde el laboratorio de Xerox donde trabajaba desarrollando smalltalk y que sí aprovechó Jobs cuando lo visitó para el desarrollo de NeXT; que luego se convertiría como todo el mundo sabe en el sistema operativo de los Mac.
La programación orientada a objetos es quizá la más cercana a mi manera de pensar. Quizá por eso la encuentro sencilla incluso para un psicólogo como yo. Donde los conceptos (las clases) se aproximan al modo de pensamiento humano. Sé que hay otros paradigmas de programación, cada uno con sus ventajas y sus inconvenientes. Pero yo me quedo con éste, ya digo, por comodidad. Lo único que debe hacer un programador es dotarle al objeto de comportamiento y enviarle mensajes para que se comporte como se espera.
Espero que si me seleccionan para ese trabajo –aunque aún no tengo muy claro para qué sería el trabajo, si necesitan más un psicólogo o un programador–, me dejen cambiar de lenguaje a algo más de mi agrado como Python (o incluso smalltalk, por qué no). O estaré en la senda de un futuro estresante.