Llevo unos días probando el modo org de emacs. Hasta ahora para mí, emacs no era más que un editor más. Lo usaba para modificar algunos ficheros, normalmente de código y poco más. Utilizaba tanto vim como emacs, normalmente el primero en consola para modificaciones rápidas y el otro cuando lanzaba un editor desde las X (... Ya sé que también podía utilizar emacs -nw en consola, pero hay que escribir más y tengo tendencia al ahorro de teclas).
Lo que llevo investigado sobre el modo org es bastante sorprendente. Hace tiempo que oigo hablar maravillas de dicho modo pero hasta ahora no me había puesto a hacer algo con él. Con lo poco que he podido trastear en ratos sueltos ya he decidido pasar mi agenda a unos pocos ficheros .org. Concretamente, uno que se llama agenda.org donde he puesto las tareas personales. Otro, que se llama cal_pica.org donde guardo los eventos y tareas de la Asociación con la que colaboro (por ejemplo, el vermut solidario de pasado mañana). Y por último un fichero que se llama diario donde guardo cumpleaños, festivos y aniversarios.
Los ficheros .org son ficheros de texto plano, con algunas etiquetas bastante claras como TODO o DONE. Se pueden establecer prioridades con [#A], [#B] o [#C]. Establecer fechas de acabado (deadline) o de inicio (scheduled). Las etiquetas se pueden poner o quitar con una combinación de teclas o escribiendo. Lo digo porque un tema que quiero es poder utilizar el calendario o las tareas en cualquier sitio y no siempre tienes a mano emacs, y es posible que tenga que tirar de otros editores en alguna situación (por ejemplo, con el móvil) y luego hacer una refactorización con emacs en el ordenador.
Puede parecer un trabajo extra, cuando se pueden sincronizar calendarios entre móvil y ordenador con aplicaciones al uso. Sin embargo, esos calendarios dependen de servidores en la red de las que no siempre te puedes fiar. Hace años ya que huí de los calendarios de google y similares, pero para ir a otras alternativas que funcionan de manera parecida. Aunque sean libres como openmailbox no dejan de ser el ordenador de otro. Con este sistema tengo los tres ficheros en un pendrive y en mi ordenador. La copia externa sirve de respaldo por si hay una catástrofe. (Por cierto, esa copia está encriptada y emacs puede manejarla como un fichero normal).
Del modo org aún me queda por investigar sus capacidades como outline para generar ficheros complejos, con enlaces internos y externos y sus capacidades de exportación (a markdown, a LaTeX, a html...). También he visto que mi querido pandoc comprende esos ficheros como un formato más, lo que puede facilitar la vida a la hora de convertir el documento en otra cosa.
También estoy empezando a rascar en el modo tabla. Se pueden establecer fórmulas para las celdas de la tabla, introducir los datos y que el modo org recalcule los datos. Pero eso es casi lo de menos (aunque se pueda utilizar como una pequeña hoja de cálculo). El tema fundamental es el trabajo que ahorra para mantener alineadas las filas y columnas de las tablas en modo texto. Sobre todo cuando te das cuenta que una columna la has hecho demasiado pequeña (o grande) y tienes que modificar el ancho en cada línea. Todo lo hace automáticamente org: escribes en una celda y te da igual si el ancho varía, pulsas TAB para pasar a la siguiente celda y todo se reorganiza a la vez.
Supongo que con el tiempo aprenderé más sobre todos los atajos que proporciona, pero de momento estoy encantado. Esta herramienta la había descartado como antigua y resulta que tiene todo lo que pedía: es seguro, es sencillo, es completo, respeta mi intimidad, es flexible, es configurable.