Alguna vez has conocido a alguien con depresión. No es una pregunta, es una afirmación, porque estoy seguro de que es así. La depresión es una enfermedad muy frecuente en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que afecta a unos 350 millones de personas. La depresión es distinta de las variaciones habituales del estado de ánimo, a lo que vulgarmente llamamos o nos referimos como «hoy estoy depre». Puede suponer un gran sufrimiento para las personas. En el peor de los casos puede llevar al suicidio. Cada año se suicidan más de 800.000 personas, convirtiendo al suicidio en la segunda causa de muerte entre la gente de 15 a 29 años.
El perro negro es un vídeo producido por la OMS bastante explicativo y recomiendo su visionado.
La tríada cognitiva negativa
Cuando estudiaba psicopatología me explicaron que uno de los síntomas es la tríada cognitiva negativa, que consiste en que el sujeto percibe su vida como desastrosa, en el pasado y en el presente, y las expectativas de futuro que tiene son bastante pesimistas.
Pero no vamos a darle muchas vueltas a los temas técnicos. Si a comentar algo que me ha llamado siempre la atención. Cuando he tenido que trabajar con alguna persona deprimida y su entorno, siempre me encuentro con alguien que afirma cosas como: «lo que le pasa es que es un flojo» o «lo hace para llamar la atención». Estas personas se empeñan en ser una rémora que en lugar de ayudar hacen todo lo contrario. Lo hacen con buena intención, según ellos lo que el paciente necesita es «dejar de hacer el tonto y espabilar». Algunas veces, incluso consiguen que la persona deje el tratamiento.
Otras personas quieren ayudar. Se acercan al paciente y dan consejos tan sabios como: «anímate, no puedes estar así todo el día». Lo cual es un consejo envenenado: ya le gustaría al deprimido poder animarse, lo intenta por todos los medios con escaso resultado. Y por otro lado, el «no puedes estar así todo el día» alcanza de lleno al sentimiento de culpa que el sujeto tenga en esos momentos.
Y yo ¿qué puedo hacer?
Tengo que decir que todos podemos hacer algo, pero no siempre sabemos el qué. Insistir en que se levante de su sillón y se vaya a correr un maratón no es objetivo alcanzable, así a la primera. Si queremos ayudar a ese amigo tenemos que escucharlo y cuando exprese esos pensamientos negativos sobre su pasado. Ese error que cometió. Esa decepción amorosa. Eso que hizo que no debería haber hecho o al contrario, lo que no hizo y debió hacer. En esos momentos, hay que recordar que todos tomamos la mejor decisión que podemos con los datos de que disponemos en ese momento. No se puede prever con absoluta certeza qué sucederá dentro de diez años, diez meses, diez semanas, diez horas.
Podemos intentar rememorar esos tiempos que pasamos juntos, haciendo cosas divertidas, siendo felices. Solo hablar y solo escuchar... si vas a decir alguna frase que comience por «tú lo que deberías hacer es», mejor cállatela.